Esa expresión, que es un clásico, tiene la particularidad de ejercer por momento, una significación casi mística. Desde la edad de Boy Scout –unos 13 años- se nos enseñó cerrar nuestros trabajos, no importaba cual fuera, con esta expresión: “Misión Cumplida”. Extensa es la historia que se relata citando al lider Inglés Lord Baden Powell de Gilwell, glorioso fundador del moviento juvenil de los Boys Scouts, allá por el 1907. Cuantas lecciones interesantes como gratas aprendidas en esta academia, donde también cultivamos, desarrollamos el sentido de la observación; los afectos y profundización de una bien entendida solidaridad y por sobre todas las cosas, se asimiló algo que ha sido un norte permanente en mis asuntos y estilo de vida –muy personal ésto-: no existe en el diccionario que consulto, la palabra: IMPOSIBLE.
Aprendí, desde muy chico, a través de las enseñanzas de este sabio varon BP -así le llamamos, cariñosamente, al visionario emprendedor- que los retos nos hacen crecer. Que tenemos la capacidad de ampliar nuestros horizontes; que nunca nos lancemos a empresas superior a nuestras posibilidades pero que, no nos amedrentemos cuando le echamos corazón al reto una vez aceptado. Es decir, no desmayar, no claudicar; persistir evaluando el rumbo; firmes y estóicos en la acometida porque es, “dulce y decoroso” firmar la aleccionadora palabra de: “MISION CUMPLIDA”
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